

La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
Vienes, me robas cada centímetro de mi piel y cada rincón de mi alma, me llenas de ternura y me maquillas con locura, me coges de la mano y me haces desear que nunca se separe de la mía, me abrazas...me besas... acaricias mi piel como si fuese la primera y la última vez que lo haces... y luego, sin más.. te vas de mi lado, desapareces tan rápido como llegaste... y me dejas aquí, impregnada con tu aroma, desecha con tu esencia, con esa sensación de que TODO no ha sido suficiente...
