Mi piel engulle aun húmedas tus miradas,
mis manos tientan insensatamente tu figura,
caricia única que da vida al recuerdo embriagante
de tu cuerpo, de tu vibrar.
mis labios agónicos cual kamikazes (viento divino)
sucumben en tu espalda suave y temblorosa,
tu ilusoria imagen deja huella en mi imaginación,
ondea lenta, sutil y tímidamente por mi sexo,
mientras el cielo acoge mi vos que grita
por tu cuerpo ardiente,
avado de manos, uñas y sudor.