
La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
Una lucha épica
Como si de un cuento de princesas y caballeros se tratara, el objeto de sus desvelos se hallaba prisionera en una minúscula isla frente a la costa, desnuda y encadenada, a merced de las olas, la lluvia y el frio de la noche. Custodiada por un kraken gigante, como en la fábula de Perseo y Andrómeda, el guerrero debía enfrentarse a fuerzas mucho más allá de su poder. Pero el guerrero tenía la fuerza de su deseo y el poder de la creación de espejismos de su lado. La lucha prometía ser épica. Y así lo fue. Y la terrible contienda les será contada.