
La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
Paula... liberada del pánico
Desde pequeña Paula tuvo que lidiar con los horrores de unas vigilias en constante zozobra. Tenía la inquietante facultad de traer a los habitantes del espejismo a la vida real con el poder de su inconsciente. Sus temores se hacían realidad con tan solo pensar en ellos. Su cama se llenaba de arañas, en las piscinas y bañeras se ahogaba sin remedio arrastrado por bestias tentaculares, y su armario siempre estaba poblado de las más horribles y peludas pesadillas. Así, Paula solo estaba libre de pánico cuando soñaba.