
La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
Podríamos, podríamos... no, tu ya no puedes y aun no me lo dices.
No me creas mucho, que entre mi cabeza y corazón no hay buena sintonía, mientras uno quiere seguir estando allí, otro me pide que me marche sin mirar atrás, dejando lo nuestro en lo que fue y no seguir esperando lo que podrá ser y con eso seria suficiente para mi conformista corazón. Mejor enciendeme un cigarrillo y deja que te diga que te voy a querer a mi manera...