La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
A dos pulgadas
A veces creo que te tengo pero te escapas de entre mis dedos. Y el hecho de no poder tocarte pese a tenerte a dos pulgadas de mi piel es el acicate que necesito para luchar por poseerte con más fuerza si cabe.