Amantes furtivos.




Ellos esperaban atrapados en horas claustrofóbicas de días de rutina interminable... 

Ellos atesoraban en secreto los momentos que les permitían liberar en un instinto salvaje y tierno de un amor prohibido que les calaba los huesos y petrificaba el alma en un deseo que solo podían vivir de una forma fugaz y entre las paredes de una habitación de alquiler que convertían en palacio cuando con sus miradas se exploraban y entre delirios echaban a andar el motor ardiente de la pasión desenfrenada…

El color ocre de los muros se volvía cielo y estallaban las estrellas liberando sus cuerpos, volviéndose amnésicos de tanto quererse… 

Ella como un péndulo perfecto ondeaba su silueta obediente a los deseos de su amor cautivo… El esculpía los bordes de aquel milagro con sus manos, milagro que lo hacía vibrar en un majestuoso placer…

Se amaban, se veneraban, se idolatraban.
Eran dos amantes furtivos que se desplomaban cuando se daban cita detrás de la realidad.


Simplemente Gris...