Apago el teléfono,
empiezo a llenar la bañera. Vierto sales en ella mientras enciendo un incienso
de vainilla. Escojo mi mejor champú, mi gel de chocolate. Me embadurno con
ambos y disfruto de su olor y de mi suavidad. Estoy sola, si, pero no necesito
esperar a nadie para disfrutar de un momento especial. Yo soy especial. Me lo
merezco, me lo he ganado, me lo regalo...