La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
Noche de viernes... noche de quédate... necesito una sobredosis de ti!
... ven y déjame diabética de tu dulce amor... ... hastíame, empalágame hasta perder el control de mi adicción a ti!!