La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
La persona que yo extraño vive dentro de mi alma, me acompaña en mis sueños y se va por la mañana...
Sobrevivo cada día recordando su mirada, rogando que llegue la noche, para que vuelva a mi cama. Su imagen se clavó en mi mente intangible, como la luna no deja a la noche y el eco de su sonrisa suena en mi oído a cascada.
Pero a pesar de soñar no reconozco su cara, y aún sin reconocerla no puedo dejar de amarla...