La persona que yo extraño vive dentro de mi alma, me acompaña en mis sueños y se va por la mañana...



Sobrevivo cada día recordando su mirada, rogando que llegue la noche, para que vuelva a mi cama. Su imagen se clavó en mi mente intangible, como la luna no deja a la noche y el eco de su sonrisa suena en mi oído a cascada.
Pero a pesar de soñar no reconozco su cara, y aún sin reconocerla no puedo dejar de amarla...