Quedarme en casa,
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.
Que los ojos escuchen
y se olviden del mundo.
y se olviden del mundo.
Que me arrope el silencio
y respire en mi nuca
su suave indiferencia.
y respire en mi nuca
su suave indiferencia.
Que vivir sea esto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,
con el tiempo desnudo al borde de la cama
y mi boca dormida en su tímido beso.
y mi boca dormida en su tímido beso.