
La pluma es valiente, mucho más que quienes entre sus manos la sujetan. Por eso ella se atreve, descarada, a revelar todo aquello que la boca, que los labios, de quienes con mayor o menor acierto la empuñan, no son capaces. No trates de buscar sentido a mis palabras, quizá sean fruto de un sueño, o de un desvelo, o de ambos, quien sabe...
MUERTE Y OLVIDO. (visitando mi tumba)
Bajo la oscura noche
cómplice de lo prohibido.
Y el arrullo de la luna
que alumbra mis sentires
hoy vengo a visitarme
a encontrarme conmigo...
¿Que ha quedado de mi?
maleza... cubre toda mi tumba!
Ahora somos dos
Tu. Polvo de mi cuerpo,
Yo. Alma de tu olvido
¡OH SOLEDAD!.
¡Me siento hoy perdida!
¡Quiero abrazarme
a mi cuerpo dormido!
Fundirnos nuevamente.
revivir lo vivido
¿En que hemos quedado?
Espanto de un rostro...
Otoño envejecido...
Estatua derrumbada...
de reinos prohibidos...
Aroma de una tarde...
¡solo muerte y olvido!...